Por qué el mar es salado | Naranxadul
Y el molino empezó a girar y a echar sal. El primo se frotaba las manos mientras el molino seguía echando sal. Pronto, su sonrisa se tornó en un gesto preocupado. --¡Para, molino, para! ¡Basta, basta, basta! ¡Descansa, molino! Pero, todo era inútil. El primo rico no sabía la fórmula exacta para conseguir que el molino dejara de funcionar.